Un Pinot Noir proveniente de un viñedo histórico (plantado en 1945, sin injerto) en Mainqué, Alto Valle del Río Negro, Patagonia. Cultivado orgánica y biodinámicamente, Lunita es una expresión vitícola delicada que busca transparencia del terruño, frescura, fruta roja clara y una textura sedosa. Ideal para quienes aprecian Pinot Noir de climas fríos, de cuerpo medio-ligero, con carácter etéreo pero presente.
Uvas 100 % Pinot Noir, del viñedo viejo de 1,5 hectáreas plantado en 1945, sin injertar, que ha sido rehabilitado en los últimos años.
Prácticas orgánicas y biodinámicas en el viñedo.
Fermentación espontánea (levaduras indígenas), con racimo entero, en tanque cemento abierto; no se busca sobreextracción o concentración pesada.
Crianza: 9 meses, de los cuales 70 % en concreto y 30 % en barricas de roble francés usadas.
Graduación alcohólica: aproximadamente 12 % vol.
Color: Rojo rubí claro, brillante, con trasparencia típica de Pinot en clima frío.
Nariz: Frutas rojas frescas como cereza, frutilla; notas florales (pétalos), algún matiz terroso / mineral; aromas suaves de bosque húmedo, quizá musgo o sutileza vegetal.
Boca: Cuerpo medio-ligero, textura fluida; taninos finos, acidez marcada, buen balance; final delicado, con persistencia de fruta roja y mineralidad ligeramente salina; sensación jugosa y fresca.
Región: Mainqué, Alto Valle del Río Negro, Patagonia Argentina.
Enólogo: Piero Incisa della Rocchetta.
Potencial de guarda: se sugiere que se puede beber bien ahora, pero también conservar unos 5-7 años si las condiciones son buenas, gracias al viñedo viejo y acidez firme. (Inferido a partir de taninos, acidez y crianza)
Temperatura de servicio sugerida: entre 14-16 °C para apreciar mejor frescura y aromas suaves.
Platos ligeros que acompañen sin opacar: pescados grasos, truchas, sushi, vegetales grillados, hongos suaves.
Quesos suaves, platos con hierbas, setas.
Situaciones donde se bebe fresco, en copas medianas, idealmente en tardes templadas, o para acompañar comidas con sutileza.
Chacra Lunita Pinot Noir 2022 es un vino que apuesta a la pureza varietal y al terruño: viñedo viejo, vinificación minimalista, crianza suave, todo para dejar que hable el Pinot en clima frío. No busca volumen, sino expresión, fragancia y elegancia. Es técnico, delicado, y muy adecuado para quienes aprecian vinos con finura, sutileza y verdadera identidad patagónica.
